Expertos locales dicen que la educación en arte tiene el poder de beneficiar a toda la ciudad

Durante una discusión de mesa redonda, se expresó preocupación sobre el estado de las artes en las escuelas

This article was originally published in The Notebook. In August 2020, The Notebook became Chalkbeat Philadelphia.

Eric Joselyn y Jerushia Graham
Magda Martinez

¿Cómo está la situación de la educación de arte en las escuelas de Filadelfia? En una animada discusión en mesa redonda organizada por la revista Notebook el pasado abril, un panel de nueve artistas, maestros de arte y defensores de las artes expresaron apasionadamente sus opiniones sobre el poder transformativo del arte. También dijeron que les preocupa el que la educación de arte está en peligro en las escuelas urbanas, y ofrecieron estrategias para realzar las oportunidades limitadas de arte que la mayoría de los estudiantes de Filadelfia tienen disponible.

La enseñanza de arte a menudo se ha tratado como un beneficio adicional por las escuelas, pero los panelistas estuvieron de acuerdo en que la mentalidad de “enseñar lo que se necesita para el examen” y los presupuestos limitados han afectado la programación de arte en años recientes. Como resultado de estas presiones, es cada vez menos probable que los estudiantes puedan confiar en que tendrán clases de arte y música de manera regular.

Eric Joselyn, maestro veterano de arte por 14 años, dijo que la clase de arte se considera como algo adicional o no esencial; como algo para matar el tiempo. Notó que la clase de arte es la clase “de la que dan de baja a los estudiantes para darles doble matemática, doble lectura, o prepararlos para el examen.”

Jerushia Graham, que trabaja como director de programas escolares para el Spiral Q Puppet Theater de Filadelfia añadió, “Cuando estamos en la escuela … los maestros están bien entusiasmados por tener una oportunidad de exponer a los estudiantes [al arte]. Pero entonces llega la época de los exámenes, y entonces es, ‘Oh, ahora no se pueden reunir con los estudiantes por dos semanas, tres semanas.’”

Lynne Horoschak, quien fue maestra de arte del Distrito y ahora dirige la educación de arte en el Moore College of Art, mencionó las presiones que imponen los presupuestos. En una escuela intermedia local, una excelente maestra de arte que se va a retirar no va a tener reemplazo – “no porque el principal no quiere, sino porque tiene un presupuesto de ‘X’ cantidad y tiene que escoger opciones.”

“Los principales entienden”, añadió Germaine Ingram, bailarina de tap profesional que fue Jefe de Personal del Distrito. “No es que no aprecien [las artes]. Es que tienen que seleccionar entre un maestro de arte y una bibliotecaria, o entre un maestro de arte y [Curso Avanzado], o entre un maestro de arte y libros.”

La situación actual contrasta bastante con la programación que algunos panelistas experimentaron como estudiantes en Filadelfia hace muchos años.

Pero estos artistas, educadores y defensores dijeron que no tenemos que regresar a hace cuatro décadas para encontrar modelos de lo que un programa de arte debe ser. Un modelo que tenemos cerca son las escuelas de los suburbios, que cuentan con los fondos.

En las escuelas elementales de los suburbios de Filadelfia, “cada una tiene un maestro de música, y un maestro de arte,” comentó Beth Feldman Brandt, miembro de la Fundación Stockton Bartol Rush, y cuya hija asiste a escuelas públicas suburbanas.

“Lo que debe ser no es un misterio”, dijo ella. En los suburbios, “ofrecemos lecciones de música instrumental en la escuela durante el día escolar. Al llegar a la intermedia, todavía hay música, pero también hay un laboratorio de comunicaciones, hay video, hay dibujo por computadoras. Al llegar a la escuela superior, entonces se pueden seleccionar electivas.”

Todos los panelistas estuvieron generalmente de acuerdo en que una fórmula apropiada para lograr una educación de arte de calidad incluye clases regulares de arte y música para todos los estudiantes, así como electivas para los estudiantes interesados en optar por instrucción adicional y que quizás estén buscando una comunidad de otras personas con los mismos intereses.

Pero las escuelas no se pueden conformar con sólo eso, observaron otros. “Me gustaría ver que los niños tengan una exposición intensiva y continua a artistas,” añadió Ingram.

Aunque nadie ofreció remedios rápidos para la erosión de la educación de arte en las escuelas, los participantes debatieron diferentes estrategias para invertir la tendencia.

Los panelistas acordaron que las artes tienen que permanecer como parte integral del día escolar a la vez que también se consideran alternativas tales como una mayor coordinación entre el día escolar y los programas extracurriculares.

Valerie Harris, directora de la Teen Writers Academy, observó que expandir el acceso a las artes en las escuelas no será fácil y dijo que ella ve el fomento y fortalecimiento de los programas de arte basados en la comunidad como algo crítico para sostener la educación de arte. Ella y otros pane-listas trabajan en programas basados en la comunidad que cada vez más reciben peticiones para venir a las escuelas a enseñar arte, a menudo como artistas en ‘residencia’.

Brandt explicó, “Mi esperanza es que si uno hace un buen trabajo, …[entonces] los padres comenzarán a decir, ‘¿Cómo es que no tienen esto todo el año?’”

Pero Horoschak advirtió que la meta principal todavía debe ser tener maestros certificados de arte, música, baile y teatro en las escuelas que le enseñen a los niños todos los días. “Me preocupa cuando los principales dicen, ‘Vamos a traer este artista y a tener una unidad de grabados con los estudiantes de tercer grado por seis semanas. Esa es mi clase de arte – y por lo tanto no necesito un maestro certificado en arte.’”

La defensora de las artes Julie Hawkins, directora de política y relaciones de gobierno para la Greater Philadelphia Cultural Alliance, señaló que el estado de Nueva Jersey “está realizando un estudio obligatorio de todas sus escuelas públicas para ver a qué grado están enseñando arte, qué tipo de arte, cuántas horas, y quién la está enseñando.” Dijo que ese tipo de estudio le comunica a las escuelas que “hay alguien internamente que definitivamente considera esto como una prioridad.”

Se percibía un sentido de urgencia en este panel en cuanto a usar el poder de una buena educación de arte para resolver los problemas que enfrenta la juventud de Filadelfia y el futuro de la ciudad completa.

“El arte te permite explorarte, darte cuenta de quién eres y tener una voz,” dijo Jacqueline Barnett, la secretaria de educación de la ciudad, que antes fue bailarina de ballet. “Nuestros estudiantes están pidiendo a gritos que se les vea y se les escuche y que se les permita expresarse, y se están haciendo daño a sí mismos y a los demás porque se sienten acorralados.”

“La idea de que uno es una figura creativa en el mundo da mucho poder,” añadió Magda Martínez, directora de colaboraciones con la comunidad en el Fleisher Art Memorial.

“Yo creo que los artistas son verdaderos expertos en ver esa posibilidad,” observó Martínez. “Uno puede ver – uno puede ima-ginarse la posibilidad antes de que ocurra. Nada es más importante para una comunidad cívica [que] un grupo de personas que ven posibilidades – que se imaginan a sí mismas en otra situación diferente a la actual.”