Maestros de arte y música a tiempo completo: cada vez hay menos

La mayoría de las escuelas no pueden pagarle a un maestro de arte y también a uno de música, y 66 escuelas no tienen ni uno ni el otro.

This article was originally published in The Notebook. In August 2020, The Notebook became Chalkbeat Philadelphia.

Una vez, el Distrito Escolar de Filadelfia fue un oasis de instrucción en las artes, y prácticamente cada escuela tenía maestros certificados de música y de arte. Hoy en día, está luchando por reconstruir esa reputación mientras enfrenta menos ingresos, una escasez de maestros cualificados, y presión para que le dedique más tiempo a la lectura y a las matemáticas.

Actualmente, menos de la tercera parte de las escuelas públicas de la ciudad tienen maestros de arte y de música. La mayoría de las demás tienen uno o el otro pero 66 escuelas no tienen ninguno, de acuerdo a un análisis que hizo el Notebook de los patrones de contratación de maestros.

Cada vez más, los estudiantes están recibiendo la instrucción de arte y de música mediante programas extracurriculares y visitas a corto plazo de artistas, y no como parte de su programa diario de aprendizaje.

Aún así, el CEO Paul Vallas sostiene que el Distrito no está “siendo injusto” con las artes. Entre otras cosas, dijo, el Distrito es uno de los pocos en el país que prepara un currículo básico en las artes, tiene colaboraciones expandidas con organizaciones locales de arte, está planificando abrir dos nuevas escuelas superiores para artes creativas e interpretativas en la ciudad, ha comenzado programas en música asiática y puertorriqueña, y recientemente invirtió $1,7 millones en la compra de instrumentos para reestablecer las bandas y orquestas de las escuelas superiores.

“Hemos progresado en todas las áreas, excepto en lo que respecta a tener maestros a tiempo completo de arte y de música,” dijo Vallas. “Nadie puede decirme que el estándar ha bajado mientras yo he estado aquí.”

Este mes, 133 escuelas del Distrito – 50 por ciento – no tienen un maestro a tiempo completo de música, y 121 no tienen un maestro a tiempo completo de arte (vea la lista). Estos números son mayores que los de hace cuatro años, cuando la organización Philadelphia Citizens for Children and Youth (Ciudadanos de Filadelfia para los Niños y la Juventud) produjo un informe sobre la reducción en el número de maestros de arte y de música justo antes de que Vallas tomara las riendas del Distrito. Entonces, 82 escuelas no tenían maestros a tiempo completo de arte, y 83 no tenían maestros a tiempo completo de música.

Desde el 2002-03, el número de maestros de arte en el Distrito se ha reducido en un 16 por ciento, en comparación a la reducción de toda la fuerza laboral de maestros del 5 por ciento. Para los maestros de música, la reducción ha sido aproximadamente del 7 por ciento.

Las escuelas con mayor tendencia a no tener maestros de música y de arte son las escuelas racialmente aisladas, en las que más del 90 por ciento de los estudiantes no son blancos. Setenta por ciento de las 66 escuelas que no tienen maestros ni de arte ni de música son racialmente aisladas, en comparación con el 62 por ciento de las escuelas del Distrito.

La tasa de pobreza promedio en las escuelas que no tienen maestros de arte ni de música es 79 por ciento, igual a la tasa del Distrito. Sin embargo, unas pocas escuelas magnet o escuelas en el Noreste que tienen los porcentaje más elevados de estudiantes de clase media, tampoco tienen maestros de arte ni de música.

La decisión de contratar o retener los maestros recae sobre los principales, quienes tienen que manejar las exigencias de los exámenes de aptitud y todo tipo de peticiones en base a los fondos disponibles. La mayoría de las escuelas han visto una reducción en sus presupuestos y en los maestros asignados durante los últimos años, a la vez que se les responsabiliza cada vez más por el progreso de los estudiantes.

Vallas dijo que el aumento en escuelas sin música y sin arte se debe en gran parte a que las organizaciones de administración educativa (EMO por sus siglas en inglés) decidieron no seguir ofreciendo esas materias, y no por opción de las escuelas administradas por el Distrito. En 2002 la SRC le transfirió más de 40 escuelas a las EMO como parte de una estrategia de reforma mediante privatización.

Otro factor en el aumento en el número de escuelas sin arte ni música, dijo Vallas, ha sido la creación de más de una docena de nuevas escuelas superiores pequeñas, cuyos presupuestos no pueden afrontar una amplia diversidad de ofrecimientos.

“Lo ideal sería que cada escuela tuviese 17 o 18 estudiantes por salón, un maestro de arte, uno de música y una bibliotecaria,” dijo Vallas. “Pero los fondos no lo permiten. Estamos haciendo todo lo que podemos con los recursos que tenemos.”

La Ley Que Ningún Niño Quede Atrás (NCLB, por sus siglas en inglés) requiere que las escuelas mejoren las puntuaciones en los exámenes de lectura y matemáticas todos los años. Aunque la mayoría de las escuelas de la ciudad no han cumplido con las metas de la NCLB, las puntuaciones de los exámenes han estado mejorando en términos generales, especialmente en los grados más bajos.

Esto no es de mucho consuelo para los maestros de arte y de música, que están acostumbrados a desarrollar la creatividad de los niños a diario y a encontrar y cultivar talento en algunos de los vecindarios más pobres de la ciudad. A los niños más necesitados se les podría estar negando la instrucción de arte y de música aún cuando está disponible porque tienen que dedicarle más tiempo a la lectura y a la matemática, dicen ellos.

“Una de las omisiones más graves en la educación de los jóvenes de Filadelfia es el hecho vergonzoso de que la mayoría de nuestros niños de bajos ingresos no tienen el beneficio de contar con arte o música en el programa diario escolar, en vez de sólo ‘después de la escuela’ o como un ‘enrique-cimiento ocasional’, dijo Jo-Anna Moore, coordinadora de educación en arte en la Escuela de Arte Tyler de la Temple University. “En realidad es un problema que se reduce a ingresos o clase, porque los niños que pudieran beneficiarse drásticamente de las oportunidades educativas más ricas y más diversas son los que menos las tienen. Definitivamente sabemos que esto está mal.”

Lynne Horoschak, su colega en el Moore College of Art que dedicó 36 años en el Distrito, dijo que el enfoque en las destrezas de lectura y matemáticas solamente ha logrado desplazar el aprendizaje inventivo y basado en proyectos.

“Ya no existe la habilidad de integrar,” dijo Horoschak. “Todo el tiempo se necesita para las artes de lectura/lenguage y las matemáticas.” Proyectos como “pedirle a los estudiantes que escriban una obra teatral sobre el Renacimiento” ya no se usan porque el enfoque está en la preparación para el examen. Ella dijo que cuando los maestros veteranos de arte se retiran, a menudo no se reemplazan y los programas que fomentaron por años simplemente se desvanecen.

Dennis Creedon, el administrador para las artes creativas e interpretativas del Distrito, reconoció que la ley Que Ningún Niño Quede Atrás ha alterado las prioridades de muchos principales, quienes podrían optar por contratar a un maestro adicional de lectura en lugar de reemplazar a un maestro de arte o de música que se retire.

“El arte, al igual que los estudios sociales, no es un tema de examen, y por eso lo que se enseña es lo del examen,” dijo. Añadió que los principales y los padres a menudo no entienden los beneficios académicos que la enseñanza de arte y de música puede tener.

Creedon también dijo que es difícil encontrar maestros cualificados, especialmente en música. Señaló que muchas universidades están produciendo maestros de canto que no saben tocar bien el piano, y esta es una destreza que se requiere para poder acompañar a los estudiantes. “Si no pasas el examen práctico, no te podemos contratar,” dijo él.

Hay tres tipos de maestros de música en el Distrito, los que enseñan teoría y canto a tiempo completo, los directores de banda y orquesta en las escuelas superiores, y los maestros itinerantes que van de escuela en escuela enseñándole a tocar instrumentos a estudiantes selectos. Este año, dijo, el Distrito ha tenido 73 maestros de música iti-nerantes enseñando música instrumental en 187 escuelas, cinco más que el año pasado.

Algunos principales dicen que quieren maestros de arte y de música, pero que no los pueden encontrar. Pat Mazzuca, principal de la Escuela Intermedia Roberto Clemente, dijo que el año pasado puso un anuncio para un maestro de música y “no encontró candidatos adecuados.” Por eso, cubrió la plaza con un maestro de computadoras.

Kerri McGinley, en su primer año como principal de la Elemental Dobson, una escuela de Kinder a octavo grado en Manayunk, no tiene esa opción. Con solamente 310 estudiantes, Dobson tiene un salón para cada grado y McGinley heredó dos maestros de preparación a tiempo completo, que enseñan computadoras y educación física.

Afortunadamente, dijo ella, tiene un maestro de lectura y escritura que ha establecido un programa extracurricular de teatro y música. Los estudiantes montaron una producción de “Cenicienta” este año y tienen planes de montar “Anita”, la huerfanita el año próximo. Ahora están recaudando los fondos para adquirir los derechos de autor.

Sin embargo, a ella le preocupa que no todos pueden participar. La mitad de los estudiantes de la Dobson son transportados en autobús, y muchos de ellos no se pueden quedar en la escuela porque no hay una ruta más tarde. Otro problema es que los estu-diantes que tienen que tomar cursos remediativos en las tardes no pueden participar en las actividades de arte.

Ralph Burnley, principal de la Escuela Intermedia Central East, no tiene maestro de música y dice que no tiene los fondos para contratar uno. Sin embargo, su escuela tiene dos maestros de música instrumental a tiempo parcial, y una maestra con maestría en teatro que tiene un programa de actuación en el que participa la mayoría de los estudiantes de sexto a octavo grado.

“Nadie en la ciudad nos ha presionado para que reemplacemos a los maestros de arte o de música con maestros para preparación o con programas específicos de lectura o matemáticas,” dijo Burnley. Notó que un edificio nuevo que se está construyendo para la Central East incluirá un salón de teatro y música.

“Aquí el arte y la música han sido algo continuo, y los hacemos con pasión,” dijo. “He asistido a las producciones teatrales en la primavera, y visto cómo los niños cambian como resultado.”