This article was originally published in The Notebook. In August 2020, The Notebook became Chalkbeat Philadelphia.
Ocasionalmente, a Carla Bell se le puede encontrar tocando las puertas de su vecindario en Mount Airy temprano en la mañana para levantar a las familias y asegurar que los niños vayan a la escuela.
Bell, quien es orientadora de estudiantes en la Escuela Superior Roxborough, se considera afortunada por vivir cerca de algunos de sus estudiantes. Parte de su trabajo es estar pendiente de las ausencias sin permiso, y este año la situación se intensificó.
Tampoco es que se esté quejando. Ella, que se graduó de la Escuela Superior William Penn y es mamá de un estudiante de décimo grado en Germantown, sabe que la intervención y atención constante de las escuelas puede cambiar comportamientos.
"Uno tiene que fomentar relaciones", dijo.
La intervención temprana es clave en los nuevos requisitos que entraron en vigencia este año para las escuelas con respecto al manejo de estudiantes que crónicamente faltan a la escuela. El Distrito está trabajando con el Departamento de Servicios Humanos de la ciudad (DHS) y el Tribunal de Familias para determinar las razones de las ausencias, proporcionar servicios sociales y referir los casos al tribunal sólo cuando hayan fallado todas las demás opciones.
"Hay un proceso claro y pasos a tomar en cada ausencia sin excusa de cada estudiante", dijo Ericka Washington, quien dirige la Oficina de Asistencia y Ausencias sin Permiso del Distrito. "Cuando un niño no está en la escuela, nosotros queremos saber la razón. Lo que se añadió este año es un enfoque en la intervención. Les estamos dando una caja de herramientas a las escuelas".
El nuevo sistema requiere que cada escuela establezca un equipo encargado de este tipo de ausencias y que siga procedimientos estrictos para comunicarse con la familia del estudiante. La lista comienza con una llamada automática el primer día de ausencia sin excusa, seguida de una llamada personal el segundo día. Después continúa con una notificación por escrito, una visita al hogar, un plan acordado con el estudiante y sus padres para eliminar las ausencias sin permiso y finalmente un referido al Proceso Completo de Ayuda al Estudiante (CSAP, Comprehensive Student Assistance Process), diseñado para activar más servicios.
Además, cada paso tiene que ser documentado.
Hasta la fecha, los datos del Distritos muestran que la incidencia de ausencias sin permiso crónicas de este año se ha reducido un poco en comparación con el año anterior. Sin embargo, algunas escuelas (incluyendo Roxborough) han mostrado una reducción marcada.
Los funcionarios de la ciudad y el tribunal están contentos, pero es una labor sumamente ardua para las escuelas. Ahora que el Distrito está enfrentando una monumental escasez de fondos, los presupuestos cada vez más pequeños de las escuelas podrían afectar esta tarea.
Washington dijo que el compromiso no terminaría, pero algunos principales están preocupados.
"No sabemos cuál será el presupuesto", dijo Byron Williams de la Escuela Superior Strawberry Mansion.
Las escuelas de poco desempeño designadas como Empowerment Schools y las Promise Academies de la Superintendente Arlene Ackerman reciben recursos adicionales para el equipo encargado de las ausencias, incluyendo un orientador de estudiantes y ómbudsman para padres. Por otro lado, otras escuelas como la Mansion no cuentan con personal adicional.
Este año, más de una cuarta parte de los estudiantes matriculados activamente en Mansion han faltado a 10 días de clases o más. El número sería mayor si no fuera por los esfuerzos de Carolyn Williams, encargada de relaciones con la comunidad. Sin ella, "algunos de los estudiantes que regresaron no estarían aquí", dijo el principal Williams.
En las Promise Academies, aún con el personal adicional el trabajo es difícil.
"Es mucho papeleo, algunos padres pelean hasta el final, el equipo de trabajo tiene que perseverar", dijo el William Wade, principal de la Escuela Superior Vaux. Aunque la escuela ha logrado progreso, uno de cada cinco estudiantes es un ausente crónico.
Además, Robert McGrogan (presidente de la asociación de principales y a cargo de la Escuela Elemental Adaire hasta diciembre) dijo que en este clima fiscal no sería prudente emplear recursos en "los estudiantes que no vienen a la escuela" cuando otros que lo necesitan tanto sí se presentan.
Cortar clase o ausentarse sin permiso, que es el primer síntoma antes de abandonar la escuela, es un problema enorme en Filadelfia. De los estudiantes que todavía están en las listas de las escuelas públicas, casi 10,000 (más o menos 6%) se ausentan de manera crónica, es decir, tienen 10 o más ausencias sin excusar. Si uno cuenta también a los que el Distrito no sabe actualmente donde están pero que en algún momento de este año fueron matriculados en una escuela de la ciudad, ese número es más del doble.
Las razones son variadas. Los estudiantes no tienen hogar, son responsables de sus hermanos menores, tienen hijos propios, están obligados a trabajar para sobrevivir o cuidan de un familiar enfermo. Algunos se matriculan en escuelas distantes y se cansan de tener que tomar tres autobuses. Otros dicen que están aburridos.
"La razón podría ser tan sencilla como no tener un reloj despertador", dijo Washington.
No obstante, el Distrito investigó un poco antes de que comenzara este año. La red de computadoras generaba una lista de los que tenían 10 o más ausencias sin excusas y esa lista se le enviaba automáticamente al tribunal de ausencias sin importar las circunstancias.
"Una familia de Pakistán regresó a su país por varias semanas. ¿Era necesario referir a esa familia al tribunal de ausencias?" dijo Washington
La colaboración con el DHS y el tribunal de ausencias (subdivisión del Tribunal de Familias) se ha estado planificando por dos años. Roberta Trombetta, jefe de operaciones dependientes en el Tribunal de Familias, dijo que el sistema anterior no funcionaba.
"Realmente necesitábamos… ser un tribunal y ayudar al Distrito para asegurar que al momento de referir al estudiante, ya haya intentado todo lo posible por resolver cualquier asunto de la familia", dijo Trombetta.
Los casos que nunca debieron ser referidos atascaron el sistema y retrasaron que se resolviera el problema de los que sí debían estar allí, dijo ella.
Este año "ha ocurrido un cambio asombroso", con menos referidos y más documentación, añadió.
La colaboración con el DHS se enfoca en los niños más pequeños. Antes todos los casos se trataban de igual manera, no importaba si el estudiante tenía 6 ó 16 años.
Ahora, los estudiantes de primero hasta tercer grado se refieren primero a los servicios comunitarios a través del DHS.
Para este grupo, dijo la subcomisionada del DHS Deszeree Thomas, "la esperanza es que el proveedor identifique la causa y obtenga ayuda para la familia".
Desde diciembre, 135 estudiantes en los grados primero hasta tercero han sido referidos al DHS por 90 días. La mayoría de las familias son receptivas, dijo Thomas, pero es demasiado temprano para juzgar los resultados.
Para los estudiantes mayores el asunto es diferente. En Pensilvania, la escuela compulsoria termina a los 17 años y no hay obligación legal para los que tengan más años.
No obstante, los equipos de ausencias tienen todavía la responsabilidad de encontrar a esos estudiantes. Muchos de ellos son referidos a programas alternativos.
En Roxborough, casi 100 de los 600 estudiantes tienen 10 o más ausencias sin excusar. Son muchos estudiantes que supervisar pero Bell y el resto del equipo son tenaces.
Sentada en su oficina después del día de clases, Bell señaló a una jovencita que a menudo se ausentaba y estaba bien atrasada en la escuela.
Como parte de su estrategia, Bell se sentó a hablar con la estudiante. Llorando, la niña le contó sobre sus complicadas obligaciones familiares y un historial escolar poco alentador. Tenía 18 años y todavía estaba en noveno grado, pero deseaba un diploma.
Bell la refirió a una escuela acelerada a la que deberá reportarse a fines de marzo.
Viendo una posible alternativa a la tortura que se había vuelto la escuela, la niña está "bien entusiasmada", dijo Bell.
Aunque el sistema nuevo requiere mucho más trabajo, Bell piensa que está ayudando a más estudiantes.
"Estamos usando los datos más que el año pasado y podemos conectarnos con más estudiantes", dijo. "Los padres se incluyen en el proceso antes de que reciban el aviso del tribunal".
Como resultado, dijo, "podemos evitar que más estudiantes se conviertan en ausentes crónicos".