Los estudiantes inmigrantes de Filadelfia no están recibiendo el apoyo que necesitan, dice un grupo que aboga por ellos

A group of young and older people stand out front of a large stone building. Some are holding signs and some are standing under a blue tarp.
Guadalupe Méndez habla durante una manifestación el jueves frente a las oficinas del distrito escolar de Filadelfia. Según una encuesta nueva hecha entre el personal de las escuelas de Filadelfia por Juntos, un grupo que aboga por los inmigrantes, solamente un 33% de los encuestados cree que sus escuelas están preparadas para comunicarse con los estudiantes recién llegados y sus familias. (Carly Sitrin / Chalkbeat)

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Zulma Guzmán llegó a Filadelfia desde El Salvador en 2019 y forma parte de la comunidad hispana del sur de Filadelfia. Pero le ha costado sentirse cómoda como madre de tres estudiantes en las escuelas públicas de la ciudad.

Dijo a través de un intérprete que la falta de servicios de traducción en las reuniones oficiales de la escuela hace que no se sienta bienvenida. Cuando ella y otros padres que hablan español han pedido servicios de interpretación, dijo Guzmán, a menudo les han dicho que “traigamos a nuestros estudiantes o hijos o a otra persona de la comunidad para que nos interprete”.

Además, dijo que batalló para encontrar a alguien en las escuelas de sus hijos que la ayudara a saber qué recursos tiene disponibles como miembro de una una familia recién llegada.

La experiencia de Guzmán es común. De hecho, refleja quejas sobre importantes deficiencias en cómo el distrito apoya a los inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo recién llegados, según los resultados de una encuesta recogida por Juntos, un grupo que defiende los derechos de los inmigrantes, y compartida con Chalkbeat.

En las 152 respuestas de maestros, administradores y orientadores de 56 escuelas, solamente un 17% dijo que había suficientes Asistentes de Orientación Bilingües o personal bilingüe para atender las necesidades de los estudiantes en todos los idiomas que hablan. Solo un 19% dijo haber recibido adiestramiento específico para trabajar con recién llegados que abarcara más que las interacciones con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Y solamente un 33% cree que sus escuelas están preparadas para comunicarse con los recién llegados y sus familias.

La incapacidad de las escuelas de Filadelfia para ofrecer el tipo de apoyo que los estudiantes inmigrantes y sus familias quieren ha sido un problema durante años, y refleja los retos que enfrentan las escuelas en todo el país con el reciente aumento de estudiantes recién llegados e inmigrantes.

Los portavoces del distrito no estaban disponibles para hacer comentarios sobre la encuesta de Juntos el jueves, y dijeron que no estarían disponibles para responder a las peticiones de Chalkbeat hasta la próxima semana.

Filadelfia tiene dos academias para “recién llegados” en el Franklin Learning Center y la Escuela Superior Frankford que se supone que ayudan a estos estudiantes. En estas academias pueden inscribirse los estudiantes de los grados 9 a 12 que hayan llegado a Estados Unidos en el último año. Se supone que reciban “un curso acelerado” y apoyo específico para que “para que puedan y se pueda esperar” que se pongan al día con sus compañeros.

Pero incluso estas academias diseñadas para ayudar a los recién llegados a adaptarse pueden no ser suficientes para atender las necesidades de esos estudiantes. Según los datos proporcionados por el distrito, la organización Juntos dijo que en 2023 había 1,032 estudiantes recién llegados, pero solamente 70 estaban matriculados en los dos programas para recién llegados y quedaban 120 asientos vacíos. Y es posible que los asientos vacíos no sean el único problema.

Ashley Téllez es estudiante de duodécimo grado en el Franklin Learning Center y organizadora junior en Juntos. Su familia es de México, pero ella nació y se crió en el sur de Filadelfia y ha estado en primera fila en la academia para recién llegados de su escuela. Ella dijo que en práctica, los estudiantes de estos programas no reciben el apoyo que necesitan.

Señaló que a los estudiantes recién llegados se les mantiene separados de la población estudiantil general, y que ella solamente ha tenido una clase con un estudiante recién llegado en una ocasión mientras ha estado en la escuela superior. Téllez dijo que estas barreras que mantienen separados a los estudiantes recién llegados les privan de hacer conexión con sus compañeros y dificultan su capacidad para hacer amigos, unirse a clubs y participar de lleno en la comunidad estudiantil de Filadelfia.

“Hay tantos estudiantes que viven a una hora, 45 minutos de distancia y vienen a las escuelas para estos programas y no se les da el acceso a la educación que se supone que deben recibir”, dijo Téllez.

‘Estos sistemas no velan por ellos’

En 2021, la junta escolar de la ciudad aprobó unánimemente una resolución para tener “escuelas santuario” prometiendo proporcionarle capacitación al personal sobre cómo responder si los oficiales de ICE se presentaran la escuela, y cómo relacionarse en general con las familias para atender y proteger a los estudiantes recién llegados a sus escuelas.

Guadalupe Méndez, organizadora juvenil de Juntos, dijo que el grupo envió la encuesta para darle seguimiento a la capacitación obligatoria que se supone que deben recibir los maestros.

Ella dijo que los resultados de la encuesta, así como las conversaciones que ella y otros miembros de Juntos han tenido con los estudiantes y maestros de toda la ciudad, muestran que la capacitación no es tan sólida como se había prometido. Juntos había hablado con algunas personas que recibieron la capacitación “y no les toma más de 20 minutos repasarla”, dijo Méndez.

Méndez creció en el sur de Filadelfia y al igual que Téllez, su familia es de México. Aunque ella es mayor que los estudiantes con los que trabaja en Juntos, las cosas no han cambiado mucho en el sistema de escuelas públicas para los estudiantes que hablan español, a pesar de los “maestros buenos con buenas intenciones” que tuvo.

Méndez dijo que según los datos del distrito, para los casi 23,000 estudiantes que están aprendiendo inglés en las escuelas de Filadelfia, solamente hay 131 asistentes de orientación bilingües. Estos asistentes prestan servicios de traducción, ayudan a las familias a conectarse con los recursos de la ciudad y ayudan a las familias que no hablan inglés a entablar relaciones con los líderes, maestros y comunidad de sus escuelas.

Sin embargo, la cantidad relativamente pequeña de estos asistentes limita su capacidad para ayudar a las familias, dijo Méndez.

Los estudiantes con los que ha hablado que han llegado al distrito todavía aprendiendo inglés “no pueden creer que no haya apoyos”. No pueden creer que estos sistemas no velen por ellos”.

Méndez dijo que el distrito define a los estudiantes “recién llegados” como aquellos que han llegado al país en el último año. Pero con frecuencia eso no es suficiente tiempo para aprender un nuevo idioma, ponerse al día con las tareas de clase y sentirse integrado en sus escuelas, dijo.

Juntos le he dicho al distrito escolar que debe expandir la definición de recién llegado a “cualquier estudiante que haya llegado recientemente (en los últimos tres años) a Estados Unidos, y puede incluir, entre otros: asilados, refugiados, menores no acompañados, menores indocumentados, estudiantes inmigrantes y otros niños inmigrantes y menores de edad”.

El grupo también quiere que el distrito establezca programas para recién llegados en las escuelas intermedias y que añada al menos un nuevo programa de escuela superior en el sur de Filadelfia, donde viven muchos estudiantes recién llegados.

Estudiantes interpretan para los recién llegados

Felipe Mejía-Cuba, estudiante de Filadelfia y voluntario de Juntos, recuerda que hace dos años estaba trabajando en un restaurante con un estudiante recién llegado cuando un día, en medio de un turno, el estudiante insistió en que Mejía-Cuba llamara a un hospital para que lo ayudara a obtener servicios de salud.

Mejía-Cuba dijo que el estudiante, que asistía a la Escuela Superior Horace Howard Furness, le dijo que su escuela no podía ayudarlo y que necesitaba formularios y vacunas para poder permanecer en la escuela.

Esa es una experiencia común para muchos menores bilingües, a quienes se les pide traducir reuniones y documentos para amigos y familiares.

“Esa fue la primera señal de alarma que encontré”, dijo Mejía-Cuba. “Descubrí todas las desventajas y toda la falta de atención a las que se enfrentan los estudiantes recién llegados”.

Mejía-Cuba dice que ser mentor de otros estudiantes de su edad le ha ayudado a entender mejor los recursos disponibles para los residentes de Filadelfia que hablan español y a encontrar su lugar en su comunidad.

“El yo que soy ahora sería capaz de ayudar al muchacho en el sótano de aquel restaurante”, dijo Mejía-Cuba.

No quiere que sus primos recién nacidos y parientes en el sistema de escuelas públicas tengan las mismas dificultades que tuvo él: “La batalla no es solamente para los que están en las escuelas ahora, es una batalla para las próximas generaciones.

Téllez, la estudiante de duodécimo grado en el Franklin Learning Center, dijo que se siente afortunada porque puede hablar cuando algunos de sus compañeros no pueden hacerlo por ser indocumentados o tener familiares indocumentados y le temen a las autoridades federales de inmigración.

Ella y Mejía-Cuba dijeron que aunque se están graduando, quieren que el distrito escolar mejore para los que vienen después de ellos.

“Realmente crecí con estas ideas de cómo las escuelas pueden ser y el poder que tengo como estudiante para conseguirlo”, dijo Téllez. “Aprendí que tengo voz y que puedo usarla para lograr un cambio”.

Carly Sitrin es la directora de Chalkbeat Philadelphia. Para comunicarte con Carly, envíale un email a csitrin@chalkbeat.org.

Traducido por Milly Suazo-Martinez

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