La promesa de Chalkbeat a nuestros lectores

Black Lives Matter

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Queridos lectores,

Mientras lamentamos la muerte de George Floyd a manos de los mismos policías que juraron protegerlo; mientras presenciamos el sufrimiento desproporcional de comunidades de color en la pandemia de coronavirus; mientras el presidente intensifica la violencia racial, nosotros en Chalkbeat queremos decir que Las Vidas Negras Importan.

También queremos subrayar nuestro compromiso con los principales del antirracismo agregándolo a la lista de valores centrales que guían nuestro trabajo y gobiernan a nuestro equipo. Como ha escrito el profesor Ibram X. Kendi, no es suficiente no ser racista. Debemos ser antirracistas. Debemos, en el caso de Chalkbeat, hacer explícito este elemento implícito de nuestra misión y valores. Solo al oponernos públicamente y explícitamente al racismo podremos lograr nuestra misión de informar e involucrar a las comunidades menos servidas por la educación pública.

Yo sé que algunos podrán ver esta declaración como una traición a nuestros valores periodísticos, y hasta podría provocarles a que desconfíen de los informes de Chalkbeat. A estas personas necesito enunciar con toda claridad que nuestro compromiso con decir la verdad sin volvernos en activistas ni en ideólogos no ha cambiado.

Tomamos ahora este paso porque creemos que siendo transparente y claro sobre cuáles son nuestros valores, nos permitirá darles un periodismo más sólido y honesto, y además generar más confianza con lectores. Cuando escribimos sobre el sistema de escuelas públicas, sabemos que sigue manchado por el legado de los sistemas de opresión racial, como tantas otras instituciones estadounidenses. Sabemos que las escuelas también deben adoptar el antirracismo para servir a todos los niños. Sabemos que, históricamente, la prensa también es imbuida de racismo. Mientras construyamos un nuevo sistema de noticias locales, debemos desmantelar las prácticas y tradiciones periodísticas que respaldan la supremacía blanca: los dueños de las casas de publicación son mayormente hombres blancos; las salas de redacción y su liderazgo son desproporcionadamente blancas; y la tradición de objetividad silencia las voces y las perspectivas de la mayoría de los estadounidenses que son miembros de grupos marginados. No podemos alcanzar nuestro potencial para servir a los estadounidenses de todas las razas y orígenes con las noticias y la información que necesitan si los periodistas no adopten el antirracismo.

Este trabajo comienza en nuestra propia casa. En Chalkbeat, tenemos una sala de redacción que es más representativa de las comunidades a las que servimos, pero no lo suficiente. (Nuestra sala de redacción es 16% negra, 13% latina, 13% asiática y 58% blanca). Continuaremos invitando a más personas de color a colaborar con Chalkbeat. Mientras tanto, como muchas organizaciones que hacen crecer la diversidad racial de sus equipos, todavía tenemos trabajo por hacer para que todas las personas en Chalkbeat se sientan bienvenidas. Y aunque hayamos mejorado, los líderes de Chalkbeat aún no son suficientemente diversos. Estamos trabajando activamente para enfrentar esta realidad. Además, debemos seguir invitando y respondiendo a los comentarios honestos de nuestros lectores. Cuando se señala problemas, tanto en nuestra sala de redacción que en los espacios digitales donde publicamos, debemos ser reflexivos y estar listos para cambiar, incluso cuando el cambio nos incomoda.

Como periodista, conozco el poder y los límites de las palabras. Esta carta no es lo que importa; lo que sucede después, a causa de esta carta, es lo que importa. Las historias que escribimos, las verdades que contamos, las mentiras que destacamos, la esperanza que magnificamos. Honrar nuestro compromiso, ahora formalizado, de luchar contra el racismo es una gran responsabilidad, y requerirá trabajo y mucha contabilidad. No tenemos todas las respuestas. Tendremos que encontrarlos paso a paso.

Soy una líder blanca con mucho que aprender, y estoy agradecida por poder contar con mis compañeros de trabajo en este viaje. Estoy agradecida también con nuestra junta directiva, que nos responsabiliza por la defensa de nuestros valores y el cumplimiento de nuestros compromisos. Estoy agradecida con nuestros lectores tan leales. Muchos de ustedes trabajan y luchan en nombre de los niños (o son estudiantes ustedes mismos). Además de eso, al apoyar a Chalkbeat, insisten que la historia de la educación debe ser contada con honestidad e independencia. Espero que podamos contar con su confianza si la tenemos, y ganarla si no la tenemos todavía.

Sinceramente,

Elizabeth

¿Tiene Ud. preguntas o comentarios sobre esta carta? Nos encantaría saber de usted: envíe un correo electrónico a community@chalkbeat.org.

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