Conoce a Caleb Flores, el maestro bilingüe de Colorado que ganó un ‘Oscar de Enseñanza’

A man with short dark hair and wearing a blue t-shirt, waves his arms in the air while celebrating in a school gym with the bleachers full of people in the background.
Caleb Flores, maestro bilingüe de Greeley que habla español con fluidez, ganó este año escolar el Milken Educator Award. (Image Courtesy of Milken Family Foundation)

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El maestro bilingüe Caleb Flores sabía que se había planeado una asamblea secreta en su secundaria al norte de Colorado. El director quería que la escuela se viera perfecta y que los estudiantes se comportaran lo mejor posible. Flores se preguntaba si ese día de diciembre estaría de visita algún funcionario importante.

En realidad, los visitantes, los discursos y el gimnasio lleno de estudiantes eran para él.

Flores, que es maestro de inglés y maestro de estudiantes que están aprendiendo inglés en la Greeley West High School, había ganado un premio Milken Educator Award, también conocido como los “Oscar de la Enseñanza” El premio, destinado a maestros que están empezando o a mediados de su carrera profesional, incluye $25,000 en efectivo.

“Me quedé sin palabras”, dijo Flores, el único maestro de Colorado premiado este año. “Todo el día fue fenomenal y es algo que siempre atesoraré”.

Flores, que se crió y fue a la universidad en Greeley, habló con Chalkbeat sobre cómo haber sido entrenador de un equipo de fútbol americano de niños cambió su trayectoria profesional, por qué empezó a incorporar la música en sus lecciones y cómo se sintió cuando un estudiante le pidió una carta de recomendación.

Esta entrevista ha sido levemente editada para acortarla y hacerla más precisa.

¿En qué momento decidiste ser maestro?

En la universidad estudié marketing empresarial en la Universidad del Norte de Colorado. Durante mi segundo y tercer año, fui entrenador de la liga de fútbol americano de niños con mi compañero de cuarto de la universidad. La pasamos de maravilla conociendo a los niños del equipo, y el tiempo que pasaba entrenándolos era siempre la mejor parte de mi semana. En mi tercer año de universidad decidí cambiar mi carrera a inglés para dedicarme a ser maestro.

El momento en que decidí dedicarme a ser un maestro con diversidad cultural y de idioma fue después de la universidad. Como cambié de carrera en el tercer año, no pude graduarme con una licencia de maestro. Empecé mi carrera en el Distrito 6 de Greeley-Evans trabajando como defensor de los inmigrantes. Mi trabajo incluía ayudar a las familias y estudiantes inmigrantes a graduarse y la mayoría de ellos estaban aprendiendo inglés. Me enamoré de mi rol y vi que esa población era el área a la que me quería dedicar como maestro.

Luego solicité ser maestro de desarrollo del inglés en Greeley West y me inscribí en un programa alternativo de licencia para obtener la mía mientras trabajaba mi primer año.

¿Cómo influyó tu propia experiencia en la escuela en tu manera de enseñar?

Mis padres nos tuvieron a mí y a mis hermanos cuando eran jóvenes, así que no tuvieron la oportunidad de ir a la universidad hasta que fuimos mayores. Mi padre se graduó de universidad cuando yo estaba en el secundaria, y mi mamá y yo nos graduamos el mismo día. Mis padres siempre nos decían que su expectativa era que fuéramos a la universidad inmediatamente después de graduarnos de secundaria, así que la escuela siempre fue algo muy serio para mí.

Siempre fui un estudiante hablador en clase, pero tuve la suerte de tener maestros que fueron pacientes conmigo y me exigieron mucho. Estas altas expectativas fueron cruciales para yo desempeñarme lo suficientemente bien y recibir una beca universitaria. Mis padres y maestros pudieron cambiar la trayectoria de mi educación y la de mis hermanos. (Mis dos hermanos también se graduaron de la universidad.)

Esto es algo que por experiencia sé que puede influir en mis estudiantes. Yo les exijo mucho a mis estudiantes y me comunico a menudo con sus familias para animarlos a que se desempeñen bien en la secundaria y que, con suerte, tengan la oportunidad de ir a la universidad.

Cuéntanos cuál es la lección que más te gusta enseñar. ¿De dónde salió la idea?

Como maestros de inglés de noveno grado, incorporamos la cultura de los estudiantes en nuestras clases para que ellos puedan verse a sí mismos dentro de nuestra clase y nuestra enseñanza. La idea de mi lección favorita surgió de un comité asesor de currículo compuesto por estudiantes de noveno grado. Ellos querían incorporar música en nuestra unidad de poesía, y específicamente, música que les representara.

Uno de mis poemas favoritos que anotamos es una canción en español llamada “Corrido de Juanito” de Calibre 50. La canción es una narración en primera persona que describe la vida de un inmigrante a Estados Unidos llamado Juanito. La canción está escrita completamente en español (al principio no ofrecemos traducción), y por lo tanto los estudiantes que lo hablan son los expertos de la lección. Después de anotar la canción, los estudiantes se dividieron en pequeños grupos para discutir lo que interpretaron de la canción y los temas que presentaba. Luego de las discusiones, los estudiantes hacen un proyecto de análisis comparativo basado en una canción de su elección y los temas que presenta. Hemos tenido conversaciones y proyectos increíbles que los estudiantes han creado con esta unidad.

¿Qué estrategias usas para conectarte con los estudiantes nuevos, ya sean nuevos en la escuela o nuevos en el país?

Cuando se inscriben en mi clase, primero me reúno con el estudiante y su familia.

Esto es un paso crucial porque ayuda a que la familia se sienta a gusto con su decisión de inscribir a su hijo o hija en una escuela de Estados Unidos. Me aseguro de que los estudiantes entiendan su horario de clases, les entrego los materiales escolares que necesitan y les enseño la escuela a ellos y a sus familias.

Cuando los estudiantes llegan a mi clase de desarrollo del lenguaje, siempre los presento a los demás y los incluyo en la actividad colaborativa del día para animarlos a conocer a sus nuevos compañeros. Tener este tiempo para que los estudiantes cooperen ha sido crucial para crear un sentido de comunidad en mi clase.

Como mentor de maestros nuevos, ¿qué consejos tienes?

La enseñanza no debe hacerse de forma aislada; conoce al personal y a la comunidad de tu escuela y aprende de los expertos que han tenido éxito. Eso definitivamente me ayudó mucho a aprender y crecer cuando empecé.

También animaría a los maestros nuevos a aceptar la diversidad de los estudiantes. En mi caso, enseñaba a estudiantes que estaban aprendiendo inglés. Puede que no sean los estudiantes más fáciles de educar. Llegan con lagunas en su aprendizaje, han pasado por traumas emocionales y tienen muchas responsabilidades fuera de la escuela. Sin embargo, son algunos de los estudiantes más amables, inspiradores y gratificantes a los que he tenido el placer de enseñar. Aprender a educarlos correctamente me convirtió en mejor maestro.

Caleb Flores, maestro de la escuela secundaria Greeley West y reciente ganador del premio Milken Educator Award, en el centro con una túnica negra, posa para una fotografía con los estudiantes en su graduación. (Image Courtesy of Caleb Flores)

Cuéntanos alguna anécdota memorable, sea buena o mala, en la que el contacto con la familia de un estudiante cambió tu perspectiva o estrategia.

Uno de los momentos más memorables fue con un estudiante de mi clase regular de inglés. Me había preguntado si estaría dispuesto a escribirle una carta de referencia. Cuando llamé a su tío, que era su tutor legal, me enteré de que la carta era para presentarla ante un juez porque el estudiante estaba enfrentando una orden de deportación. Sabía que era un momento crucial para el estudiante y su familia, así que nos pusimos en contacto con varios de sus maestros para obtener cartas de recomendación en su nombre. Mi esposa y yo asistimos al tribunal con él y vimos de primera mano las batallas legales y las barreras adicionales a las que se enfrentan mis estudiantes solo para recibir una educación. A mi estudiante le permitieron quedarse en el país, y fue un gran momento. Ahora es estudiante de undécimo grado y está encaminado a graduarse.

Esta experiencia me permitió ver una muestra de lo que mis estudiantes estaban enfrentando. Para mi fue un honor que ese estudiante y su familia confiaran en mí para compartir lo que estaba pasando, y me recordó lo importante que es ser accesible para mis estudiantes.

¿Cuál fue el mayor mito que tenías cuando empezaste a enseñar?

Mi mayor mito estaba relacionado con el manejo del salón de clases. Decidí ser maestro pensando que tendría que ser fuerte, estricto y poco amable para dirigir bien un salón de clases. Llegué a descubrir lo contrario: la mayoría de los estudiantes no respondían a los maestros que gritaban. Mi estilo en el salón de clases se basa más en establecer relaciones. Sigo exigiéndoles responsabilidad a los estudiantes y tengo grandes expectativas para ellos, pero cuando se portan mal o distraen a los demás, puedo resolverlo sin avergonzarlos ni faltarles al respeto.

¿Qué estás leyendo en tu tiempo libre?

Acabo de terminar el libro Brown Enough de Christopher Rivas. Es un libro de memorias y un comentario social sobre el hecho de ser latino en Estados Unidos y cómo encontrar identidad propia, sentido de pertenencia y un lugar para encajar.

Ann Schimke es reportera senior de Chalkbeat y cubre temas relacionados con la educación en la niñez temprana y la alfabetización temprana. Para comunicarte con Ann, envíale un email a aschimke@chalkbeat.org.

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